El cuerpo humano nos revela una íntima forma de expresión. Fotografiar sus formas, sus cicatrices, las marcas de una vida; nos darán a conocer y entender diversas formas de entender un vivir. El cuerpo presenta signos que son los registros de nuestra existencia individual, testigos de nuestra tenacidad por aferrarnos a nuestra existencia, de tratar de comprenderla.
Los signos actuales de la sociedad nos tratan de vender una falsa “eterna juventud” como un valor añadido y duradero de nuestra existencia, donde el dolor y el sufrimiento no existen, donde todo se disimula y nos acostumbramos a vivir entre bambalinas. Este proyecto pretende servir de contrapunto a esta concepción simplista de la existencia, no tiene como fin abocarnos a un determinismo trágico, sencillamente lo que se intenta es presentar una realidad, mostrar el otro lado de la condición humana, donde se aprecian valores más nobles en los que poder demostrar la habilidad del espíritu humano para crecerse en las adversidades.
En suma, intento ahondar en el alma humana, pero con un signo de esperanza en su fuerza interna, hacer ver que el dolor es inevitable, que no se puede ni se debe ocultar, que la muerte es la condición fundamental de la vida, pero la superación de los avatares de la vida, la lucha contra la muerte, nos ennoblece y enriquece nuestra existencia.
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